A los argentinos les gusta que el maître los llame por su nombre y que el portero los reconozca. Una vez paramos a un tipo en la puerta porque estaba mal vestido y reaccionó poniéndome una pistola en la cabeza.
Si quiere tirar, tire, ¡pero usted no entra! le dije.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio